Mi corazón está lleno de profunda gratitud y profunda reverencia por los valores que se me inculcaron durante mi estancia aquí en el Rosario Santo Domingo, quisiera expresar mi sincero agradecimiento por la inquebrantable dedicación y orientación que me brindaron a lo largo de mi viaje académico. Su compromiso con el crecimiento espiritual e intelectual de los estudiantes ha dejado una marca indeleble en mí y todos los estudiantes Rosaristas.  

El Rosario Santo Domingo en cabeza de la congregación de hermanas de Santa Catalina de Sena siempre le han dado la importancia de la compasión, la integridad y el servicio a los demás. Valores que son base fundamental del ser Rosarista, no solo han moldeado mi carácter sino también mi visión del mundo, y estoy orgullosa de llevarlos conmigo y seguir proyectándolos y enseñándolos a las futuras generaciones Rosaristas. Una vez más, gracias por su inquebrantable apoyo y orientación. Que Dios los bendiga a todos abundantemente mientras continúan su noble trabajo de formar mentes jóvenes en líderes virtuosos.  

Con profunda gratitud y admiración,

Hablar del colegio y de ser Rosarista, es hablar de un hogar y una familia. Durante mi estadía en el colegio, aprendí muchas cosas, tanto de mis profesores, compañeras y sobre todo de mi promoción “καιζεν”. El colegio me enseñó los principios, conocimientos y valores para enfrentarme a la vida, pero también me dejó muchos recuerdos que siempre estarán presentes en mi corazón ya que nunca se olvida lo que nos hizo feliz y lo tanto se quiso en su momento. Desde chiquita veía a muchas promociones salir y anhelaba el momento en el portaría la chaqueta de la promoción, lo veía muy lejos pero ese momento llegó más pronto de lo que imaginaba, aproveché cada segundo en el colegio y es por esto que no cambiaría nada de lo que viví en este, ni el hecho de ser Rosarista, ya que vale la pena.